martes, 29 de junio de 2010

inasumible

El tiempo es

una soledad

que se asume

cuando cruza la madrugada.

pero tus pechos

relucían bajo la brisa

de junio y a mí me

caducó la paciencia.

La paciencia es

una longitud razonable

a los ojos del invierno.

Las palabras aparecen,

abúlicas, y mi bolígrafo

es un gato bulímico

sobre tejados enfermos de anochecer.

pero me negué a ser tiempo

asumido y me devoró

la soledad con la misma

ebriedad que las maletas de mano.

El olvido es una acuarela

del mediodía de los veranos de tu

infancia «esfumatto» de

conciencias amatorias.

Los bares del sábado me roban

el sueño y lo hacen alcohol

en las bocas ajenas,

tú te habrás dormido

y a mí me destruye la

idea de asumir la soledad

y reducirme a la paciencia

kilométrica

de la vida sin ti.

el mismo cuentakilómetros

de mis dedos estirando tus

rizos, la misma gota de olvido

que queda de ti en mis pupilas.

Tú te habrás dormido

y yo me desvelo midiendo

el tiempo que se hace

soledad inasumible,

fuego en las amígdalas del

corazón, poesía.


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Mi posición ante tus ojos

es la que tienen los

científicosfilósofos

profetasteólogos

y demás eruditos,

solo que a mí me atañen realidades

menos lejanas.


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Noviembre

Noviembre queda

a tres inviernos de aquí

por la avenida

entre mi tabique

nasal

y tus pezones.


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viernes, 25 de junio de 2010

Pero aún no lo sabe.

Le perfilo las comisuras
del olvido,
enviudo
postergando la presencia
de la realidad,
el momento inexacto en el que el reloj
no significa.

Me desnudo en sus cabellos
con el tacto de la memoria,
y ella atardece en las pupilas
de los feriantes
que pregonan agonía.

Me dedico a dedicarle tristezas
precalentadas,
objetividades híbridas de olvido
que se enquistan bajo mis pestañas.

─ Esperanza ─

Pero noviembre tiembla en las
entretelas del verbo desaborido
y ella se hace luz inestable

y tras los cristales anochece mi conciencia
imberbe.

Yo la amaba, pero aun no lo sabe.


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