Si tengo que escribir
un poema a tientas
deletreo
el constante
zumbido del ventilador
que es lo que tengo más a mano
y pienso en tus ojos como el ámbar
del cristal de un litro de cerveza,
tan puro, tan lleno,
tan vacío
por mi erosión,
como mi boca devora su contenido
mis poemas devoran tus ojos,
y vuelvo a su fría humedad
y tus ojos vuelven a sus frías lágrimas
después de un verano
sin autopistas,
después de una noche sin sexo.
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