viernes, 28 de octubre de 2011

ranas.

Los huecos rellenos de plomo

hondean abrazos de níquel.

Las margaritas fluorescentes florecieron

en tu pubis como ranas acrobáticas

que buscan el consuelo de un dios

vestido de seda.

Todos amábamos el desastre que desataba mientras

se sentaba con su minifalda azul.

Todos éramos esclavos de la hidra

desmesurada, de su labio inferior

tiritando.

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jueves, 13 de octubre de 2011

c´est la vie.

Reman los otoños hacia su ocaso.

Tengo frío y tú en bikini.

Ya volverá todo, tiene que volver

despojado por la inercia tus miradas,

tus oscuras melodías.

C´est la vie mon amour…

Y martillean los humeantes latidos

y la voz rota que llora desde el otro lado de la ventana

me grita: Huye de ti mismo.

Pero es demasiado tarde como para que

tengas abierta el alma y me dejes salir.

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miércoles, 12 de octubre de 2011

otoño de 1780

Bajo el chaparrón

en blanco y negro,

con un beso como cortinilla,

un roce como punto y final.

Acaricia este infierno mío de azaleas,

besa la estúpida utopía

a la que me entrego sin coartada.

Besa la herida que has dejado

si tanto te enorgulleces de ella.

Bajo el chaparrón me otoñabas.

Bajo el chaparrón te fuiste con las maletas

sobre un taxi espectral.

Como quien ha robado los muebles ancestrales

del templo donde guardaba lo que soy.

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lunes, 10 de octubre de 2011

ya lo verás.

Aquel otoño te rompía las guirnaldas.

Solo quería bailar para ti…

Que fueras su musa por un rato

y luego la primavera se haría

ascuas… en tu pubis.

Ya no somos nada ni siquiera divagar.

Ya no queda más que el envejecer de las estatuas,

seré el milenario martillear que te sostiene

ya lo verás

cuando nadie quiera

hacerlo… ya lo verás.

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domingo, 9 de octubre de 2011

quizás.


Vienes mientras canta para mí

el delfín anestesiado de la luna.

Vienes y en la humareda, en el

prístino amanecer alicaído

te vuelves a reír con mi locura.

Maldita risa… Haces que todo vuelva a tener sentido

y eso que solo quise olvidar.

Ni olvido quisiste ser para mí.

Solo muerte.

Solo matas y eres consciente de ello

y te divierte tenerme enredado

y que me muera por ti.

Si tú supieras que algún día

el viento cambiará

y yo estaré ya

demasiado lejos

bajo tierra

o muy alto

quizás

pero lejos

de ti.


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martes, 4 de octubre de 2011

corazón en urgencias.

Tengo la urgencia de los labios en espera

en el cajero de la melancolía,

el sexo de los dioses sobre un papel mojado.

Tengo urgencia de tu dulce matarme.

Tengo nostalgia de tu invierno, tus pearcings,

tu luna, tu flequillo, tengo urgencia de morderte.

Pero llegó adormecida esa tristeza que los poetas

creen conocer, asidua en las estaciones,

robustas como Cadillacs sin espejos.

Tengo la urgencia de peatones sin vida,

el triste sonido de pasos que entona el himno del proletariado.

La melancolía de esta luna mal peinada.

Tengo urgencia de olvidar lo que no olvido,

de darte un beso atronador,

de que juegues conmigo

como si no mereciese tener conciencia.

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