viernes, 28 de octubre de 2011

ranas.

Los huecos rellenos de plomo

hondean abrazos de níquel.

Las margaritas fluorescentes florecieron

en tu pubis como ranas acrobáticas

que buscan el consuelo de un dios

vestido de seda.

Todos amábamos el desastre que desataba mientras

se sentaba con su minifalda azul.

Todos éramos esclavos de la hidra

desmesurada, de su labio inferior

tiritando.

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1 comentario:

  1. Buenos escritos...yo escribo relatos, todos propios, nada sacado de ningun lado :P http://escritosentinta.blogspot.com/ pasate, las puertas estan abiertas!

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